Orfeo y Eurídice


En su sueño de amor Orfeo vivía
con la dulce ninfa compartía su vida
pero la desgracia persiguió a Eurídice
que huyendo hasta el bosque terminó sus días.
Y el letal veneno que mató a la ninfa
fue como una daga en el pecho de Orfeo.

Triste y abatido bajó hasta el Averno,
convenció a Caronte, conmovió a Perséfone,
que al oír su música accedió a su ruego.
Pero Hades le impuso condición cruenta:
no volver el rostro dentro del infierno.

Orfeo fue débil y miró a su amada
que volvió a las sombras, por siempre encerrada.
Y como un espectro pasea su lira
buscando en el aire su eterna sonrisa.