La voz de la experiencia



Los años te dan una visión global de las cosas,
amplían tus horizontes
minimizan el miedo a la verdad,
te hacen más valiente.
La experiencia restaura las grietas
que van surgiendo en tu cuerpo,
suavizan las arrugas
como un bálsamo.
La edad de la inocencia queda lejos
pero resurge una nueva fuerza
más vital, más salvaje:
el instinto implacable de vivir a tope,
de soñar al máximo,
de luchar por las cosas que importan.
Ser mayor es curioso,
alucinante, inevitable
con matices cambiantes
con toques imprevisibles de luces y sombras,
de mezclas inconscientes o conscientes
de presente y pasado,
una línea al filo del abismo
del tiempo y los recuerdos,
un paraíso perdido y encontrado
de emociones intensas.
Vivir contigo mismo y ser tú mismo
disfrutar de tus cosas y tu gente
aceptarse y sentir
como cambian las cosas
para bien o mejor
para nunca o por siempre
para ti.