Caminaba Atalanta por el bosque cazando
Sin temer al oráculo que su mal predecía.
Consagrada a Artemisa en el bosque vivía
Retando al que quería vencerla en la carrera.
Pero el apuesto Hipómenes desafió a Atalanta
Que hechizada quedó con doradas manzanas.
Afrodita tocó su corazón invicto
Y sucumbió al amor en el templo de Zeus.
Cibeles, ofendida, los transformó en leones
Condenados por siempre a tirar de su carro
Y ahora, silenciosos, lamentan su castigo
Como almas separadas en su eterno destino.
Y en la fiera mirada del león de Cibeles
Una lágrima asoma recordando a Atalanta
Y el llanto desdichado de Hipómenes herido
Convierte su lamento en un frío rugido.
Atalanta e Hipómemes
Publicado por
Concha Martín
/ 20:42 /
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